Restyling de cocina tradicional

De clásico campestre a moderno sofisticado

Esta cocina, originalmente vestida con muebles de madera oscura, encimera de mármol veteado tradicional y un juego de sillas a juego con aires rústicos, pedía a gritos una nueva vida. El desafío fue transformar este espacio sin renunciar a su esencia cálida, pero incorporando una estética moderna, limpia y funcional. Y el resultado es una reinterpretación elegante del estilo clásico, ahora adaptado a los tiempos actuales.

El punto de partida fue una intervención sobre el mobiliario existente. En lugar de reemplazar los armarios, se optó por una estrategia de upcycling con visión de futuro: se pintaron completamente en una paleta de blanco grisáceo, que no sólo moderniza la cocina al instante, sino que también potencia la luminosidad del espacio. Esta nueva envolvente cromática genera una percepción de mayor amplitud y limpieza visual, clave en cocinas de metraje contenido.

La encimera tradicional fue sustituida por una superficie blanca de acabado continuo, elegante y fácil de mantener, que crea una base neutra sobre la que contrastan los nuevos elementos metálicos. Este cambio, junto con la sustitución total del fregadero —ahora más funcional y contemporáneo— incorpora además un dosificador de jabón empotrado, un detalle pequeño pero que habla del cuidado por la ergonomía y la estética minimalista.

Uno de los grandes protagonistas del nuevo look es el conjunto de electrodomésticos en acabado metálico y negro, que aportan fuerza visual, tecnología y un aire industrial refinado. Este contraste con los armarios claros establece un equilibrio visual entre lo clásico y lo moderno.

En la pared de trabajo, se instaló una chapada metálica, no solo como un gesto estético, sino también altamente funcional: facilita la limpieza diaria y suma un guiño vanguardista al conjunto. Este detalle, sutil pero contundente, convierte una pared común en un plano escénico que refleja luz y modernidad.

El mobiliario de comedor también evolucionó, dandole una nueva vida con un cambio de color y agregando cojines para dar un toque cálido. Esta acción, junto con la nueva paleta de colores y materiales reflectantes, logró maximizar visualmente el ambiente, haciéndolo sentir mucho más amplio y abierto, sin necesidad de obras estructurales.

En definitiva, esta cocina ha sido resignificada con inteligencia y sensibilidad, conservando su alma pero elevando su lenguaje estético. Ahora es un espacio donde la tradición dialoga con la modernidad, donde la funcionalidad se funde con el diseño, y donde cocinar —y vivir— se convierte en una experiencia mucho más agradable.

«Con un presupuesto ajustadísimo, Estilo Verde modernizó mi cocina, ahora se aprecia más amplio y moderno. Supieron captar lo que quería.»

Patricia jiménez

Evolución del espacio